La nueva normalidad es una realidad y debemos adaptarnos a ella. Ante el escenario de incertidumbre y la crisis que vivimos, consecuencias de la pandemia de la COVID-19 que aún nos azota, tenemos, al menos, algo claro: la Agenda 2030 debe ser nuestra brújula para la recuperación empresarial sostenible, por eso, ahora más que nunca, adquieren mayor relevancia.