A mediados de los años setenta surge lo que conocemos como logística inversa, un proceso que se centra en la recuperación de productos fuera de uso para aprovechar su valor mediante la reutilización, el reciclaje y la refabricación. También contempla la adecuada eliminación de los productos que han llegado al fin de su vida útil y que no pueden integrarse en los procesos anteriormente mencionados.

En el entorno empresarial, la logística inversa consiste en el retorno de las mercancías en la cadena de suministro de una manera eficiente y lo más económica posible. De esta forma, las organizaciones pueden conseguir un mayor rendimiento económico gracias a productos que ya no cubrían las necesidades de los consumidores.

Entre los beneficios de la logística inversa, cabe destacar los siguientes:

  • Reutiliza materiales.
  • Reduce la cantidad de productos en stock.
  • Disminuye los costes relativos a embalajes.
  • Consigue nuevos mercados para los productos reutilizados.
  • Reduce el impacto ambiental generado por la actividad de la organización.
  • Incrementa la posibilidad de obtener subvenciones estatales y europeas para los proyectos relacionados con su implementación.
  • Mejora la reputación e imagen de la organización.
  • Enriquece la relación entre distribuidores y clientes.
  • Posibilita la puesta en marcha de campañas de sustitución de productos, promoviendo la fidelización de clientes.
  • Disminuye los costes e incrementa los beneficios.

Uno de los ejemplos más comunes de aplicación de la logística inversa es la venta outlet de productos que tienen taras y que iban a ser retirados del mercado. Esto reduce la cantidad de stock de los almacenes y permite a la empresa obtener ciertos beneficios.

Cada vez más compañías ofrecen también servicios de reparación de los productos vendidos, lo que alarga la vida útil de éstos y mejora la satisfacción del cliente.

Por otro lado, en sectores como el tecnológico, hay muchas empresas que reutilizan algunos componentes de antiguos productos para la fabricación de nuevos artículos.

Así, la logística inversa ha evolucionado a lo largo del tiempo, sumando en los últimos años al tradicional sistema de reciclado y reutilización de productos, una visión más estratégica que considera, además, la reducción de stocks, la recuperación de productos en desuso u obsoletos y la minimización de la contaminación asociada a los procesos industriales.

Todo ello, aporta beneficios tanto para la empresa, como para la sociedad y el medio ambiente.

¿Quieres formar parte del cambio, pero no sabes cómo? Una de las formas es la obtención de la certificación Residuo Cero, que se basa en los siguientes pilares fundamentales: reducir, reutilizar, reciclar y valorizar. Si tu empresa quiere conseguir este certificado, podemos asesorarte durante el proceso. ¡No dudes en contactar con nosotros!

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