La auditoría es un examen crítico y sistemático realizado por personas ajenas a la organización auditada y que tiene por fin emitir una opinión independiente sobre la forma en que se han utilizado los recursos y los resultados que se han obtenido con ellos.
La auditoría económica centra su análisis en el beneficio económico, que se calcula como diferencia entre ingresos y los gastos, valorando su origen (tanto desde una perspectiva de clientes como de productos o servicios), su cuantía y la capacidad de ser sostenible en el futuro. También centra su interés la auditoria económica en la inversión realizada para obtener ese beneficio económico, analizando sus características, su volumen, sus objetivos y la medida en que colaboran en la consecución de ese beneficio económico.
La auditoría financiera tiene por protagonista el origen y la forma de obtención de los recursos financieros precisos para el buen funcionamiento de la organización.
La auditoria económico y financiera orientada a la Responsabilidad Social Corporativa incluye el análisis del impacto que la actividad económico y financiera tiene, no sólo en la propia organización, sino también en los grupos de interés (stakeholoders) que se ven afectados, implicados o involucrados por ella.
La simple auditoria económica y financiera es una formalidad no compatible con el espíritu que impregna a las organizaciones que se dicen «responsables», pues omiten el impacto que generan a su alrededor. Una auditoria económico financiera, desde la óptica de la Responsabilidad Social Corporativa, o la sostenibilidad, considera el impacto que su actividad repercute en los grupos de interés que, por ser externos, no dejan de tener su importancia.